La batería es uno de los componentes esenciales del vehículo y, a la vez, una de las causas más frecuentes de averías. Un buen mantenimiento puede alargar su vida útil, evitar fallos inesperados y asegurar que el coche arranque sin problemas en cualquier situación. Con unos sencillos cuidados podrás prevenir la mayoría de incidencias.

Empieza revisando el estado y la carga de la batería de forma periódica. Si el coche tarda en arrancar, el motor de arranque suena débil o el testigo de batería se enciende, es momento de comprobarla. Una simple medición del voltaje puede indicar si está en buen estado o necesita atención.

Evita realizar trayectos muy cortos de manera repetida, ya que no permiten que el alternador recargue la batería correctamente. Siempre que sea posible, combina recorridos breves con trayectos más largos para mantenerla en plena forma.

Otro consejo importante es vigilar el estado de los bornes y conexiones. Si presentan suciedad, sulfato o humedad, la corriente no circulará bien y el arranque será más difícil. Una limpieza y un correcto apriete de los terminales pueden evitar muchos problemas.

Las temperaturas extremas también afectan al rendimiento. En invierno la batería pierde capacidad y en verano acelera su desgaste. Revisa su estado antes de los cambios de estación para asegurarte de que soportará las condiciones climatológicas.

Si el coche va a estar parado durante un tiempo, desconecta la batería o utiliza un cargador mantenedor para evitar descargas profundas que acorten su vida útil.

Con estos cuidados prolongarás la vida de la batería, evitarás averías inesperadas y garantizarás un funcionamiento eléctrico fiable. Ante cualquier duda o señal de desgaste, lo mejor es acudir a un taller especializado para una revisión profesional.

Accessibility Toolbar