Los neumáticos son uno de los elementos más importantes del vehículo, ya que influyen directamente en la seguridad, el consumo y la estabilidad en carretera. Un mantenimiento adecuado no solo prolonga su vida útil, sino que también mejora el rendimiento general del coche.
Empieza por revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y antes de viajar. Circular con la presión incorrecta aumenta el desgaste, reduce el agarre y eleva el consumo de combustible. Utiliza siempre los valores recomendados por el fabricante, ya que varían según el modelo del vehículo y la carga.
Otro aspecto clave es comprobar la profundidad del dibujo. Si está por debajo de 1,6 mm, los neumáticos pierden eficacia, especialmente en lluvia, y deben sustituirse. Revisa también si hay desgaste irregular, ya que puede indicar problemas de alineación, suspensión o equilibrio de ruedas.
Observa con frecuencia el estado visual de los neumáticos: grietas, cortes, abultamientos o daños en la llanta suelen ser señales de que algo no va bien. Ante la mínima duda, es recomendable acudir a un taller especializado para evitar riesgos mayores.
No olvides realizar el alineado y equilibrado cuando notes vibraciones en el volante o el coche tienda hacia un lado. Esto mejora el confort, evita desgastes prematuros y aumenta la seguridad.
Por último, revisa la fecha de fabricación. Incluso si el dibujo está bien, un neumático envejecido pierde propiedades y agarre.
Con estas sencillas comprobaciones mantendrás tus neumáticos en buen estado, optimizarás el consumo y conducirás con total seguridad en cualquier trayecto.